martes, 8 de abril de 2008

Sobre y por la lectura

Esta mañana en "Hoy por hoy" han hablado sobre la iniciación a la lectura, sobre cuales habían sido los primeros libros que leímos de niños, aquellos que nos marcaron, que sirvieron, en algunos casos, para que nos aficionáramos la lectura, para que descubriéramos el placer de leer un libro. Y digo en algunos casos, porque yo recuerdo que de niños, en mi pandilla, realmente excepto mi hermano y yo, apenas nadie cogía un libro, a no ser que fuera de lectura obligada para hacer un trabajo en el cole. Y porque entonces no había Internet, que si no, ni eso.

Pero, bueno, a lo que voy, lo que quería era contar cuales fueron los libros que me sirvieron a mí para iniciarme en la lectura. Recuerdo que para Reyes o para algún cumpleaños alguien nos regaló a mi hermano y a mí un par de libros de la colección de los Cinco, de Enid Blyton. Nos encantaron, así que al final, a base de cumpleaños y reyes terminamos teniendo la colección entera.


Recuerdo como al llegar a casa del cole a mediodía (entonces no había jornada seguida, salíamos a las 12 y por la tarde volvíamos a entrar a las 3), lo primero que hacía era coger el libro de los Cinco y la bolsa de gusanitos o de bolitas (de esas naranjas, que así están de manchadas las esquinas de los libros) que mi madre nos compraba a mi hermano y a mí cuando bajaba a comprar el pan. Se pasaba el tiempo volando con las aventuras de Julián, Dick, Ana, Georgina (o Jorge) y su perro Tim.

Recuerdo con cariño como a mi abuela Rosa, que vivía con nosotros, también le gustaba leer estos libros. Era curioso, porque mi abuela no sabía escribir, pero sí sabía leer. Así que a veces coincidía que estábamos en el sofá los tres juntos, mi abuela, mi hermano y yo, cada uno con un libro de los Cinco, hasta que mi madre desde la cocina nos llamaba para que pusiéramos la mesa porque ya estaba la comida.

Y también me gustaba mucho leer tebeos, de Mortadelo y Filemón, Pepe Gotera y Otilio, Zipi y Zape, Sir Tim O’theo, Don Miki, Rompetechos

En fin, pilarín, ¡qué recuerdos! Como ha salido el nombre de mi abuela, para ella va este comentario. Siento ponerme tan pastelón, pero, que vamos a hacer, semos asín… También sé que es absurdo que dedique los comentarios, como si fueran un Óscar o un gol de una final de la Champions, pero, oye, el blog es mío…

Deciros que ahora me estoy leyendo "Los girasoles ciegos", un libro de Alberto Méndez, un libro impresionante. El libro está formado por cuatro cuentos de apenas 30 páginas, cuatro historias desgarradoras, cargadas de tristeza y de derrota, que se sitúan en los finales de la Guerra Civil.

Por cierto, este libro lo cogí de la biblioteca, GRATIS. No sé si sabéis que ahora hay una polémica porque pretenden cobrarnos un canon por sacar libros de la biblio. Me parece patético, pero como hay por ahí circulando un mail con una carta del gran José Luis Sampedro que muestra su disconformidad con esta medida de una manera mucho más sabia e interesante que la que pudiera dar yo, no diré nada más al respecto, os remito a su carta por si no os ha llegado por mail:

http://noalprestamodepago.org/wp-content/uploads/2007/04/cartajoseluissampedroabril2007.pdf

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jo, qué bonito, macho, me ha tocado la fibra sensible, qué recuerdos! Qué manera de leer y comer gusanitos, je, je. Todavía me compro una bolsita de Risketos de vez en cuando, y se me quedan los dedos naranjas...
Y me alegro de que hayas aprovechado el comentario de José Luis Sampedro. Un poco sinvergüenzas estos tíos de la SGAE, no os parece?