Adiós a la extra
El rumor se convirtió en realidad: los empleados públicos no cobraremos la paga extra de Navidad. Esa paga a la que tenemos derecho todos los empleados por cuenta ajena -públicos y privados- de España y que equivale aproximadamente a un mes de salario; en mi caso concreto unos 1200 euros. Si repartiéramos esa cantidad entre los 12 meses del año estaríamos hablando de una bajada de 100 euros al mes. Es decir, algo más del 8% de mi sueldo mensual. Ese 8, sumado al 5% que nos bajó Zapatero en 2010 y al 3% que nos bajó Cospedal la pasada primavera, se traduce en una rebaja de un 16% en 2 años. Contando con la subida del IPC, estaríamos hablando de una pérdida de poder adquisitivo superior al 20%.
Y, mientras, en una realidad paralela, la iglesia sigue recibiendo el mismo dinero del Estado, el presupuesto en Defensa apenas se reduce, la Casa Real reduce su presupuesto un mísero 2%, los equipos de fútbol tienen deudas millonarias con Hacienda, la economía sumergida y el fraude fiscal siguen campando a sus anchas, no se toca a las grandes fortunas, las SICAV siguen pagando al 1%, etc. etc. Por no hablar de los miles de millones que han ido a parar a la banca, o a inútiles obras faraónicas, o a comisiones, comilonas, saraos y demás.
Y encima subimos el IVA y reducimos la prestación por desempleo.
Con más de 5 millones de parados.
Todo ideal para aumentar el consumo y reactivar la economía.
Tócate los pies.
10 contra 1
Escuché decir a Esperanza Aguirre hace unos meses que había encontrado un montón de partidas presupuestarias maravillosas donde recortar. Y temblé, claro, porque siempre las encuentra en el mismo sitio. Se ve que las que tocan el bolsillo de los poderosos son más difícil de encontrar. Bien, pues aquí estoy yo para echar una mano, yo le diré donde hay una: en el Impuesto de Patrimonio.
Ese impuesto que Madrid, junto a la Comunidad Valenciana y Baleares, tiene bonificado al 100%. Es decir, se paga en toda España –de momento, porque la idea del PP es suprimirlo para el 2013- menos en esas comunidades.
Este impuesto, como todos sabemos, grava el patrimonio personal de las personas físicas y únicamente se paga si éste es “potente”, ya que tiene que superar los 700.000 euros.
Os voy a poner un caso concreto, real, para que veamos lo paradójica y absurda que es esa bonificación que aplica el gobierno de Madrid.
Dos hermanos con un patrimonio similar, formado por inmuebles, acciones, depósitos bancarios, etc., deben pagar el Impuesto de Patrimonio, ya que su fortuna no sólo supera el listón de los 700.000, sino que lo dobla. Uno vive en Illescas (Toledo) y el otro a unos kilómetros, en Griñón, que ya pertenece a la Comunidad de Madrid. El de Toledo paga por este impuesto 12.000 euros. ¿Cuánto paga el que vive en Griñón? Absolutamente nada. ¿Es justo que dos personas en circunstancias idénticas tengan ese trato tan desigual simplemente por vivir en comunidades diferentes?
Y fijémonos además en el hecho de que la comunidad de Madrid alegremente está renunciando a cobrar esos 12.000 euros. ¡Cómo si fuera sobrada! Y luego hay que bajar sueldos, despedir interinos, subir el metro, el agua, etc. porque el presupuesto no llega.
Por otro lado, volviendo al tema de quien recibe los nuevos agujeros en su cinturón, pongamos el foco en que esos 12.000 euros equivalen a la extra de navidad de 10 funcionarios.
¿Qué es más justo, quitarle la paga de Navidad a 10 funcionarios o perdonarle el Impuesto de Patrimonio a alguien que tiene un capital de más de un millón y medio de euros?
La respuesta para cualquier currito es evidente. La respuesta para los que tienen un patrimonio grande también. Y las dos van en sentido contrario. Y para nuestra desgracia la mayoría de nuestros políticos no son precisamente curritos.
2 comentarios:
En esta proporción de recortes, al final salimos perjudicados los que menos tenemos, es decir, los más débiles económicamente hablando...¿obligación o injusticia?...cómo dirían en la serie de Exp. X..."la verdad está ahí fuera"...S2.
Amén! (nada más que añadir).
Publicar un comentario