Lo peor no es que el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, proponga a sus señorías reducir los Plenos de 3 a 2 días. Lo peor es que, cuando lo propuso, sólo había 25 diputados en el hemiciclo. ¡25 de 350!
Lo peor no es que los diputados de la Comunidad Valenciana, tras celebrar la sesión constitutiva de las Cortes Valencianas, disfrutaran de un ágape que cueste la friolera de 18000 euros, pese a que esa comunidad arrastra un déficit de más de 3000 millones. Lo peor es que en esas Cortes se van a sentar ni más ni menos que 10 imputados por corrupción, con el propio presidente, Francisco Camps, a la cabeza.
Luego nos extrañamos de que haya gente que se eche a la calle a protestar. ¡Lo que nos debería extrañar es que esté saliendo tan poca gente!
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