Que tendrá el atletismo...

No me preguntéis porque, pero a mí cada vez me gusta más el atletismo.

Nada que ver con el fútbol, donde va a parar.




No hay color. Aunque, ojo, en el atletismo también se ven cosas desagradables.

Espero que a mí el 30 de octubre en el Maratón de Ciudad Real no me pase ninguna de las dos cosas.

Lo de irse de varetas, joé, vale que correr una maratón es hacer un esfuerzo que te cagas, pero tampoco hay que tomárselo al pie de la letra. Aunque no sé, visto lo visto, igual me pongo un pañal de Alba debajo del pantalón por si acaso.

Y lo de la irritación en las tetillas ya se lo había escuchado muchas veces a corredores y pensaba que era una exageración. Hasta que lo he comprobado en mis propias carnes. Y es que cuando estás largo rato corriendo (largo rato no me refiero a 20 minutos, hablo de estar de hora y media para arriba) no es nada extraño que el simple roce de la camiseta te ocasione alguna pequeña herida en el pezón. Tan habitual es que en la maratón de Madrid me comentaron que hay chicas de la organización que van en patines dando vaselina a quien quiere. Hombre, que venga una chavala en patines a darte vaselina en las tetillas está bien, es como cuando aparece un buen desnudo en una peli, pues vale, no vas a decir que no, eso nunca estorba, pero, vamos, tampoco lo veo necesario. Ya me la doy yo o me pongo un poco de esparadrapo, que es otra opción habitual para evitar esas irritaciones. A ver si con la friega de la chavala en las tetillas me voy a venir arriba y luego la irritación la tengo en otro sitio y es peor el remedio que la enfermedad.