Y digo yo, puesto que estamos en crisis y de forma impepinable hay que recortar el gasto público, ¿por qué no tocar el apartado de la publicidad institucional? Ya sabéis, esos anuncios que las administraciones públicas contratan en prensa, radio, televisión, webs, etc., y que en la mayoría de las ocasiones tienen una utilidad bastante cuestionable. Porque no nos descubren la pólvora precisamente, al contrario, nos dicen obviedades tales como que hay que comprar de forma responsable, que el Metro de Madrid es la forma más rápida de moverse por la ciudad o que si coges el AVE llegarás puntual a tu destino.
En esa partida gastan un chorreón de dinero todas las administraciones (las locales, las autonómicas y la estatal), sean del color que sean. Y lo más triste es que, más allá de la utilidad informativa que puedan tener esos anuncios (que en algunos casos verdaderamente sí la tienen, como las campañas contra la violencia de género o contra el fraude fiscal, por ejemplo) lo que se busca realmente con ellos es ‘subvencionar’ a los medios de comunicación y de paso condicionar así sus informaciones. Y digo ‘subvencionar’ por no utilizar una palabra más fuerte. Porque, seamos claros, si un medio de comunicación necesita para sobrevivir el dinero de tal o cual administración, ¿la va a juzgar de manera justa e independiente? ¿La va a criticar sin miramientos? Creo que la respuesta es obvia.
Sé que en estos años de recortes esas partidas se han reducido algo, pero ni muchos menos lo que sería recomendable. Ahí no se ha hecho el mismo “esfuerzo” que a otros nos reclaman. Un ejemplo, esta mañana en el bar, mientras tomaba café, he estado leyendo un periódico local perteneciente a un grupo mediático con implantación en varias comunidades autónomas. En sus páginas aparecían tres grandes anuncios. Los tres pagados por la administración pública. Es decir, por nosotros. A escote. ¿Y cuánto cuesta cada inserción publicitaria de ese tipo? Mejor no lo queráis saber. Un huevo. ¿Os digo de que eran esos anuncios? Uno animaba a invertir en Letras del Tesoro, otro hablaba de las bondades de invertir en Castilla y León y otro nos recordaba que hay que hacer un buen uso de los medicamentos. Daño no hacen estos mensajes, es verdad, pero, ¿realmente estos gastos son indispensables en tiempos de crisis? ¿Deben ser prioritarios?
Y termino subrayando lo curioso que resulta ver como de todos esos tertulianos, editorialistas y opinadores profesionales del panorama periodístico nacional, tan diversos, tan cada uno de su padre y de su madre, ninguno habla de este tema. ¡Qué curioso, con lo punzantes y valientes que son cuando se trata de sugerir recortes en otras áreas y en esto no dicen ni mú! Prefieren poner el foco en el sueldo de los funcionarios, en que tenemos una administración sobredimensionada o en que la sanidad gratuita es insostenible. La razón creo que salta a la vista. Como acertadamente me dijo un excompañero periodista cuando saqué el tema hace unos días en facebook, “Quique, perro no come perro”.
2 comentarios:
Puf! Que dificil me lo pones...
A ver, vamos por partes:
Voy a dejar de lado el tema de que perro no come perro, que efectivamente es verdad, pero quiero puntualizar algunas cosas en cuanto a la "publicidad" de las AAPP.
Debemos diferenciar claramente lo que es publicidad de lo que es comunicación institucional. Por supuesto debemos perseguir la primera, pero también amparar la segunda.
Los ciudadanos tenemos derecho a saber en que invierten las administraciones nuestros impuestos, pero no sólo por un criterio de rendición de cuentas, sino también como instrumento de valorización de las actividades de las administraciones.
Poco o nada voy a valorar yo como ciudadano las acciones de una administración si esta no me dice lo que hace y como sus acciones han redundado en mi/nuestro beneficio.
Poco o nada voy a saber de los recursos que las administraciones ponen a mi alcance si estos no se comunican. Para este tipo de comunicación un cauce muy eficaz son los grandes medios de comunicación. Y repito, estoy hablando de comunicar, no de hacer publicidad electoral a cargo de las cuentas públicas. ¿Cuál es el problema? que la frontera entre una y otra a veces es difusa.
Aún así creo que debemos correr el riesgo, sobre todo en estos tiempos en los que desde la política se nos insta a desconfiar de los servicios públicos con el único objetivo de desmantelarlos o privatizarlos. No le hagamos el juego a la derecha. Hay que demostrar que lo público funciona, que lo hace bien y que además es muy rentable si sabemos utilizarlo.
Como empleada pública estoy encantada de que los ciudadanos usen los servicios que proporciona mi administración, y me he dado cuenta de que cuanto más los publicito más usuarios tengo, y por tanto mi administración más legitima en existencia.
En cuanto al ejemplo concreto que citas de la publicidad de la deuda pública en los medios no me queda más remedio que alegrarme y celebrar que por fin nuestras instituciones se hayan decidido a hacer lo que hace un año ya era extremadamente urgente: Publicitar las emisiones de deuda. Solicitar a sus ciudadanos que inviertan en su propio estado no es publicidad, es pedirles que nos libren de los mercados.
En la medida en que los ciudadanos de a pie compremos deuda pública podremos hacerlo, primero: ganando más que lo que ganamos ahora con nuestras miserables cuentas corrientes. Segundo: evitando que los grandes bancos y fondos de inversión estén comprando esa misma deuda con nuestros ahorros, ganando intereses que nos corresponderían y arruinando de paso a nuestros estados.
Más publicidad debería haber sobre este tema. Debería quedarnos más claro que si alguien debe sacar beneficios de esa deuda son los propios ciudadanos y no los especuladores, y que además podemos influir directamente en el precio que el Estado tiene que pagar por ese préstamo que le hacemos que no tiene que ser necesariamente de un 7%.
El problema vuelve a ser aqui, como bien dices que "perro no come perro", y nuestro gobierno no va a atacar directamente el negocio de la banca. Entre medias, bienvenida a la publicidad de la deuda pública.
Cada vez me gusta mas lo escribes. Auqnue en algunas ocasiones como bien sabes no esté muy en sintonía.
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