Acabamos de pasar un fin de semana con un grupo de amigos en el Complejo Los Jarales, un conjunto de 6 casas rurales, de madera, ubicadas en una finca de 14 hectáreas en Navamorcuende, en la Sierra de San Vicente, al norte de la provincia de Toledo, muy cerca del límite con la provincia de Ávila.
El paisaje, un mar de encinas con la Sierra de Gredos al fondo, es uno de los atractivos del complejo.
Las casas se pueden alquilar de forma individual o en conjunto, pudiendo llegar a albergar hasta 30 personas. Nosotros fuimos un grupo de 15 personas y utilizamos 3 de las 6 casas, estando el resto vacías, con lo cual tuvimos el complejo para nosotros solos. Decir que la finca puede acoger, en ocasiones puntuales, eventos como bodas, comuniones, despedidas de soltero, etc. ya que dispone de instalaciones de bar, salón-restaurante y hasta una pequeña plaza de toros.
Dentro de la finca, a una distancia prudencial de las casas, encontramos la zona recreativa, con mesas, barbacoa, piscina, columpios y un castillo hinchable. Éste, a mi modo de ver, es otro de los atractivos del complejo, porque poder conversar con los amigos tomando una cerveza en la zona de la barbacoa mientras los niños están entretenidos en el castillo es una gozada.
Dentro de la finca, a una distancia prudencial de las casas, encontramos la zona recreativa, con mesas, barbacoa, piscina, columpios y un castillo hinchable. Éste, a mi modo de ver, es otro de los atractivos del complejo, porque poder conversar con los amigos tomando una cerveza en la zona de la barbacoa mientras los niños están entretenidos en el castillo es una gozada.
Destacar que se trata de un establecimiento “profesional”, no del típico espabilao que te alquila de extranjis su chalet o la casa del pueblo para sacarse un dinero ofreciendo muy poco a cambio. Aquí, al contrario, estamos hablando de alojamientos legales, que cumplen con todos los requisitos (seguros de accidentes, extintores, etc.) y además contribuyen vía impuestos al sostenimiento de los gastos públicos, algo a lo que deberíamos prestar atención siempre, pero más en los tiempos que corren.
Por último, resaltar el magnífico trato que nos dieron los propietarios, que también marca la diferencia con algunos alojamientos en los que hemos estado con anterioridad. Jorge, uno de los dueños, estuvo prácticamente todo el fin de semana en el Complejo, permanentemente a nuestra disposición, ayudándonos incluso a preparar la barbacoa.
En fin, que la única pega es lo rápido que pasó el fin de semana. Esperamos poder repetir en un futuro.
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