A Gadafi había que echarlo sí o sí. No ya por ética, sino por estética. Da mucha grima. Y, además, con Gadafi teníamos un problema añadido, y es que al ser un personaje tan patético y estrafalario, cuando aparecía con otros líderes mundiales hacía que éstos parecieran mejores de lo que realmente son. Incluso algún pobre incauto podría llegar a la conclusión de que los que están con él son personas serias y respetables, gente de fiar. ¡Sería terrible!
Aquí podéis ver más muestras del fondo de armario del coronel Gadafi. ¿Le volveremos a ver posando amigablemente con nuestros líderes en el futuro? Quizá, con esta tropa nunca se sabe.
Os decía el otro día que era bueno tener una actitud crítica y dudar. Pues yo, tras mucho dudar sobre la intervención en Libia, no lo tengo nada claro. Porque es cierto que huele a gas y petróleo que tira para atrás, pero, por otro lado, me parece que es justo ayudar al pueblo libio que había tenido la valentía de levantarse contra su tirano. Y, volviendo a la broma inicial, si finalmente se consigue eliminar a Gadafi, estéticamente el mundo va a ganar mucho. Eso que nos llevamos. Me acuerdo de una gran frase del Makinavaja, el mítico personaje chorizo y poeta que creó Ivá, que decía: "en este mundo podrido y sin ética a las personas sensibles sólo nos queda la estética". Algo es algo.
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