Parece que, por desgracia, los hechos de estos días en Japón han venido a quitarle la razón. Con esto no quiero decir que haya que desconfiar de todo lo que digan los científicos. En absoluto, opino que, al contrario, sus opiniones deberían ser mucho más tenidas en cuenta, por delante, por descontado, de lo que podemos decir periodistas, políticos, tertulianos o blogueros todo a cien como yo, que muchas veces hablamos sin conocimiento de causa. Pero sí quiero incidir en que debemos tener una actitud más crítica ante lo que se nos dice y no aceptarlo sin más. Dudar. Porque, claro, hay científicos honestos, que acertarán o se equivocarán de buena fe, y otros que en cambio opinarán con la mano en la cartera y dejando la ética en un segundo plano. Lo digo porque estos días estamos viendo muchos expertos en los informativos cuyas opiniones curiosamente son las más apropiadas, las que más benefician, a las empresas para las que trabajan directa o indirectamente. Lo podéis leer con más detalle aquí.
Y esto que digo de los científicos es perfectamente aplicable a periodistas o políticos. Por ejemplo, ¿qué credibilidad nos pueden merecer González o Aznar cuando defienden la energía nuclear, si ambos están contratados por empresas energéticas españolas, con intereses directos en ese tema? ¿Qué credibilidad pueden tener esos periodistas que piden que no se haga demagogia con el tema nuclear y que no se tomen decisiones en caliente cuando son los primeros que en muchos otros temas han sido los primeros en hacer demagogia y en pedir que se tomen medidas contundentes ipso facto?
Impossible is nothing
Esto para refrescar memorias y poner en duda el calificativo "imposible". Aunque es evidente que la Península Ibérica no es una zona de gran actividad sísmica, es bueno no perder de vista que en 1755 se produjo un grandísimo terremoto frente a la costa de Portugal que devastó Lisboa (murió un tercio de su población) y provocó daños en númerosos lugares de la Península. El terremoto, que fue seguido de tres maremotos, se dice que es el primer terremoto documentado, porque el Marqués de Pombal, en Portugal, y Fernando VI en España, recabaron información a través de los cuestionarios enviados a las personalidades más destacadas de las localidades más importantes de Portugal y España.
Gracias a esta documentación, que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, podemos saber que en España los daños llegaron, por ejemplo, hasta Salamanca, donde destruyó parte de la Catedral Nueva, o a Los Navalucillos, en Toledo, donde se derrumbó la torre de la iglesia mudéjar. La peor parte lógicamente se la llevó Andalucía, la zona más cercana al epicentro -a unos 200 km de la costa portuguesa- , y en especial la costa de Huelva y Cádiz, donde los tres tsunamis que siguieron al terremoto tuvieron efectos devastadores. Sólo en Ayamonte murieron 1000 personas.
Este terremoto fue el punto de partida de la sismología actual y ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones, fruto de las cuales los geólogos estiman que la intensidad del terremoto estaría entre un 8,5 y un 9 en la escala Richter. Es decir, que, si esos estudios están en lo cierto, ese terremoto que afectó a la Península Ibérica fue de una intensidad similar al que acaba de sufrir Japón.
Gracias a esta documentación, que se conserva en el Archivo Histórico Nacional, podemos saber que en España los daños llegaron, por ejemplo, hasta Salamanca, donde destruyó parte de la Catedral Nueva, o a Los Navalucillos, en Toledo, donde se derrumbó la torre de la iglesia mudéjar. La peor parte lógicamente se la llevó Andalucía, la zona más cercana al epicentro -a unos 200 km de la costa portuguesa- , y en especial la costa de Huelva y Cádiz, donde los tres tsunamis que siguieron al terremoto tuvieron efectos devastadores. Sólo en Ayamonte murieron 1000 personas.
Este terremoto fue el punto de partida de la sismología actual y ha sido objeto de numerosos estudios e investigaciones, fruto de las cuales los geólogos estiman que la intensidad del terremoto estaría entre un 8,5 y un 9 en la escala Richter. Es decir, que, si esos estudios están en lo cierto, ese terremoto que afectó a la Península Ibérica fue de una intensidad similar al que acaba de sufrir Japón.
Sinceramente pienso que si con lo que estamos viendo ahora en Japón el mundo no es capaz de mandar a la mierda a la energía nuclear, quizá es que sea el mundo el que merezca irse a la mierda. Y, por lo que estoy viendo, me parece que pintan bastos, porque si bien algunos países parecen replantearse su política nuclear, otros como China, India o Rusia ya han dicho que van a seguir con sus planes nucleares. Y nuestra querida Unión Europea, ¿qué? Pues ella, tan valiente y contundente como siempre a la hora de tomar medidas, anuncia que va a someter a sus centrales nucleares a pruebas de resistencia 'voluntarias'. ¡Vaya huevacos!
2 comentarios:
No se si es un guiño a Japón o que no tiene usted ni idea de comic. Pero el dibujo que ha puesto es de Dragon Ball, es Son Goku!!!!! y su transformación en Monaco!. Nada de hombre lobo.
Totalmente de acuerdo con lo demás.
Bien, así me gusta, veo que me haces caso, hay que dudar y no aceptar lo que nos dice cualquier gañán como yo, jeje. Pero no me digas q no pegaba el dibujo, algo parecido a un hombre lobo acechando a un guerrero japonés. Todo una metáfora.
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