La pasada Semana Santa estuvimos en una casa rural en La Aceña de la Borrega, una pedanía de Valencia de Alcántara (Cáceres), que está en el extremo más occidental de Extremadura, justo en ese 'piquito' que se mete en Portugal. El viaje fue largo, el tiempo regulero, pero sin duda mereció la pena. Primero porque en esta época del año, y más con las lluvias caídas en los últimos meses, el campo está espectacular, y segundo porque la zona tiene muchos atractivos. Pueblos preciosos para visitar a tan solo unos minutos, como Marvao y Castelo de Vide en Portugal, dos pueblos terriblemente bellos, o la propia Valencia de Alcántara, una localidad con ciertas señales de decadencia y de añorar tiempos pasados, pero que tiene mucho encanto, destacando su barrio gótico, la iglesia de Rocamador o la fortaleza. Hay una ruta señalizada para recorrer los principales monumentos del pueblo que facilita mucho la visita.
Además, en las inmediaciones hay numerosas rutas bien señalizadas para hacer caminando (algunas se pueden hacer en coche) que te permiten ver varios dólmenes (esos monumentos funerarios que nuestros antepasados construyeron hace más de 5000) como el de la foto, y disfrutar de paisajes espectaculares con numerosos arroyos y una gran variedad de flora y fauna. En muchas fincas además puedes ver ovejas, vacas, caballos o burros, algo que siempre, sobre todo a los más pequeños, les llama mucho la atención.
Además, en las inmediaciones hay numerosas rutas bien señalizadas para hacer caminando (algunas se pueden hacer en coche) que te permiten ver varios dólmenes (esos monumentos funerarios que nuestros antepasados construyeron hace más de 5000) como el de la foto, y disfrutar de paisajes espectaculares con numerosos arroyos y una gran variedad de flora y fauna. En muchas fincas además puedes ver ovejas, vacas, caballos o burros, algo que siempre, sobre todo a los más pequeños, les llama mucho la atención.
Igual que llama la atención, al pasar por la frontera portuguesa ("la raya", como dicen por allí), ver la vieja aduana, con todas sus instalaciones y las casas donde vivían los "guardiñas", completamente abandonadas, como un pueblo fantasma. Te hace ser más consciente de la existencia de la Unión Europea y de la ausencia de fronteras entre los países miembros. Curiosamente, según nos contaron, la desaparición de esta frontera supuso un varapalo para la zona, pues su economía dependía en gran medida del contrabando.
Por si alguno se anima, la casa rural se llama El Jiniebro, pinchando aquí podéis ver su página web, son 6 pequeñas casas rurales independientes dentro de una finca enorme. Una de las cosas más destacables es que te entra el desayuno, cosa extraña en este tipo de alojamientos. Es un desayuno tipo buffet, muy completo, y lo sirven en un precioso comedor independiente. También disponen de unas estupendas bicis para alquilar. Las personas que llevan el complejo rural son muy amables y unas grandes profesionales, que además de empeño y eficacia, ponen mucho cariño en lo que hacen, cosa que siempre es de agradecer.
1 comentario:
dicen que es un lugar cada vez mas turistico y con muchas atracciones interesantes para visitar, voy a averiguar para irme a fin de año, cuando es que sale el pasaje de avion allí desde Argentina? tengo que comparar aerolineas
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