miércoles, 12 de junio de 2013

Compañeros del metal

Siempre resultan sorprendentes y dolorosos los casos de trabajadores a los que su empresa adeuda varias nóminas, pero todavía más cuando estos trabajadores prestan sus servicios ¡en una administración pública! Resulta difícil comprender que una administración pública consienta y ampare incumplimientos delante de sus propias narices. Es alucinante que una administración pública se quede de brazos cruzados cuando empleados que están a su servicio no disfrutan del derecho más básico que debe tener cualquier trabajador: recibir una contraprestación económica a cambio del trabajo realizado.

Eso es lo que le sucede a varios empleados de mantenimiento de la consejería de Presidencia y Administraciones Públicas de la Junta de Castilla-La Mancha, concretamente a los que se ocupaban de las tareas de mantenimiento de la Escuela de Administración Regional y que antes, para más inri, hicieron esa labor durante años en el mismísimo Palacio de Fuensalida, la sede de la presidencia regional.

Y no sólo es que lleven varios meses sin cobrar sus nóminas,  es que además están camino de añadir su nombre al de los cerca de 6 millones de españoles que forman las listas del paro. ¿El motivo? Pues que  la nueva adjudicataria del servicio de mantenimiento integral de los edificios de la consejería de Presidencia, la empresa Instituto de Gestión Sanitaria S.A., no está por la labor de subrogar a estos trabajadores que traen añadida en su caja de herramientas una deuda contraída por la anterior empresa adjudicataria.

¿Y puede la nueva empresa no subrogar a esos trabajadores, cuyo único delito ha sido el de trabajar sin cobrar durante meses? Pues sí que puede, porque en el pliego de condiciones que ha elaborado la Junta se le ha 'olvidado' incluir la cláusula que obliga a la empresa adjudicataria a subrogar a los trabajadores que actualmente están desempeñando esa labor. Ya es mala suerte que entre tanta cláusula puñetera de "la Consejería podrá exigir del adjudicatario que sustituya o traslade a cualquier trabajador adscrito a los servicios" o "siempre que por parte de la Administración lo requiera se atenderá cualquier servicio fuera del horario establecido, incluyendo sábados, domingos y festivos" o  "la Consejería se reserva el derecho a dar la conformidad al nuevo personal propuesto por el adjudicatario" se hayan ido a olvidar la única cláusula que protegía a los trabajadores.

Cospedal, con los trabajadores. (En la foto, quiero decir)
¿Y la Junta qué hace ante esta situación? Pues se reserva el papel de Poncio Pilatos: se lava las manos. Allá se las apañen empresa y trabajadores, que para eso somos liberales. A ver si externalizamos todo lo externalizable para luego acabarnos comiendo estos marrones... Lógico, ¿no?

Claro, que al tiempo resulta paradójico ver como la  presidenta de Castilla-La Mancha, Mª Dolores de Cospedal, la secretaria general del proclamado por ella misma "partido de los trabajadores" se preocupa tan poquito de aquellos que tiene en su propia casa, de esos trabajadores que hasta hace 4 días le arreglaban una lámpara estropeada o le movían un sofá porque el nuevo tapizado no hacía juego con las cortinas.

Por cierto, que la empresa que adeuda varias nóminas a esos trabajadores es la que tenía el anterior contrato de mantenimiento los edificios de Presidencia de la Junta (del Palacio de Fuensalida y del Colegio de Doncellas) que acaba de finalizar ahora, Arción S.A. Construcciones, la misma que, amén de ganar varios concursos de la Junta,  también llevó a cabo, según destapó elplural.com, las obras de reforma de la mansión de Cospedal en Toledo.

Un abrazo, compañeros, y  desearos que la situación se solucione cuanto antes y de la forma más satisfactoria posible.