jueves, 25 de noviembre de 2010

Tú especula, que nosotros limpiamos la sangre

"El mercado zarandea sin tregua a la deuda española" (La Vanguardia)
"Irlanda despedirá a 25.000 funcionarios dentro de un duro plan de ajuste" (El País)

No sé vosotros como os quedáis después de leer esto, pero yo, español de nacimiento, funcionario por oposición y cagón por naturaleza, me he quedado acojonado muy preocupado. Y me ha dado por pensar (un día es un día).

Os cuento, para empezar, me llama mucho la atención la cifra esa tan espectacular de 25.000 funcionarios. Me parecen muchísimos. Y me pregunto, ¿cuántos funcionarios en total tiene Irlanda si ahora se va a cargar de un plumazo tantos? Pues leo en El País que esos 25.000 suponen un 7% del total, así que haciendo el cálculo nos da que Irlanda tiene a día de hoy más de 350.000 funcionarios.

¿Muchos? ¿Pocos? Pues, depende, para valorar esa cifra habrá que mirar el número de habitantes que tiene el país. A mí me suena que Irlanda es un país bastante pequeño, pero vamos a mirar en la wikipedia que es mucho más espabilada que yo, a ver que dice. Pues que no llega a los 4,5 millones de habitantes. Bien, haciendo otro sencillo cálculo entonces nos da que el porcentaje de empleados públicos, con respecto a la población total de Irlanda, es del 8%.

Miremos ahora España, que es lo que nos interesa, a ver si tenemos un porcentaje similar de funcionarios. Según el Registro Central de Personal en España somos 2,700.000 funcionarios. Si hacemos lo mismo que con Irlanda, ponemos esa cifra en relación a la población total, nos da que España tiene un porcentaje algo inferior, no llega al 6%. Es decir, que de cada 100 españoles 6 somos funcionarios. Si en lugar de utilizar la población total tomamos sólo la población activa (la que está en edad de trabajar) encontramos que de cada 100 trabajadores 14 lo hacen en alguna administración pública.

¿Una burrada, verdad? ¿Cómo no vamos a estar en crisis, si somos casi 3 millones de parásitos? ¡Los que más de Europa, seguro! ¡Fijo, fijo!

Pues no, por mucho que se empeñen algunos resulta que estamos en la media europea, al nivel de Alemania y muy por debajo de Francia, por ejemplo. Y una curiosidad, la lista no la encabezan precisamente los países malditos, los famosos PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), sino Dinamarca, Suecia y Finlandia, países con economías eficientes y emprendedoras. Toma, toma. Así que, aquellos que buscan en nuestro sector público el origen de todos nuestros males y que sistemáticamente asocian "sector público" a ruina y falta de eficiencia y competitividad quizá deberían empezar a buscar en otro sitio.



Pero no lo harán, porque esos articulistas y esos políticos que cargan contra los funcionarios lo que pretenden en realidad es reducir el sector público. No es ningún secreto, es una de las ideas tradicionales de los partidos conservadores o neoliberales. Y mucho me temo que como nuestro país siga en el punto de mira de los mercados, este gobierno, que uno no sabe muy bien de que color es, también lo terminará haciendo. El que venga después también, por supuesto, y con más intensidad y alegría que el actual.

Sólo por curiosidad, si España llevara a cabo un despido de funcionarios similar al de Irlanda, ¿sabéis cuántos funcionarios irían (o iríamos) a la calle? 189.000 funcionarios. Total ná.

Termino con dos aclaraciones. La primera es, como se decía en el escondite, por mí y por todos mis compañeros. Conviene recordar que empleados públicos no son sólo esos funcionarios vagos típicos de los chistes de Forges cuya principal ocupación es echar la partida, tomar café y hacer avioncitos de papel. También son los que educan a nuestros hijos, los que nos operan, los que apagan los incendios, etc. Y la mayoría cumplimos con las obligaciones de nuestro trabajo como cualquier currito. Y que hemos obtenido nuestra plaza no por sorteo o por enchufe, sino a base de estudiar y después de superar unos difíciles exámenes, que, por cierto, están abiertos a cualquiera que quiera presentarse. Y que la mayoría somos mileuristas, que ni conducimos Audis, ni tenemos casa en la playa, ni hacemos nuestras compras en la calle Serrano precisamente.



Y la segunda, volviendo al tema de Irlanda con el que comenzaba el post, digamos bien claro que la crisis de Irlanda es sobre todo una crisis financiera provocada por sus bancos, que por la euforia especulativa de los años de bonanza se han acabado estrellando y han abierto un agujero de miles de millones de euros que primero tuvo que tapar la propia administración irlandesa (de ahí viene buena parte de su gran déficit público, no de las pensiones o de los sueldos de los funcionarios) y después la Unión Europea. Vamos, que la quiebra de los bancos irlandeses la pagamos a escote todos los europeos. Lo que se suele llamar "socializar las pérdidas". El beneficio es mío, las pérdidas son de todos.

Y después del rescate bancario encima viene lo más grave, las duras medidas de ajuste que sufrimos todos. Ésas que nos pintan como la única manera de salir de ésta y que se están convirtiendo en la receta estándar que están aplicando uno tras otro todos los gobiernos en cuyos países se ha presentado el tío del mazo: rebaja de salarios, de las pensiones, incremento de la edad de jubilación, despido de funcionarios, reducción del gasto social, etc. Esto se resume con la frase que da título a este post o con esta otra mucho más castiza: "encima de puta, poner la cama".

Fuentes:
Artículo de El País
Radiografía de los funcionarios en España
Artículo de Viçen Navarro, catedrático de la Universidad Pompeu y Fabra y director del Observatorio Social ¿Demasiados funcionarios?
Las viñeta son de Mel

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mi corta carrera cinematográfica

Os pongo un vídeo para que os echéis unas risas. Igual ya lo habéis visto, porque un primo mío bastante desaprensivo se lo pasó a sus colegas, luego éstos a otros colegas, etc. Vamos, que al final ha rulado por Internet cosa mala. Hasta ahora yo no lo había querido difundir, pero como ya ha pasado mucho tiempo y las “heridas” afortunadamente ya están curadas, lo pongo en mi blog. Ya no creo que a mi querida madre le importe.


Resulta que era el cumple de mi abuela Flora, que cumplía la mujer que en paz descanse 80 castañas, y nos juntábamos todos en su casa del pueblo. Y coincidió que ese día estrenaba yo mi cámara de vídeo, una Sony de las primeras que salieron, de esas tamaño ladrillo, que me compré con mi primer sueldo de repartidor de pizzas, y estaba allí grabándolo todo. Yo había llegado el primero a casa de los abuelos porque el abuelo quería que le echara un vistazo a su televisor, una Telefunken en blanco y negro del año la pera, porque decía que la primera se veía “con nieve”. Y ahí estaba peleándome con la tele, cuando oí que llegaba un coche y salí a toda prisa a grabar. Eran mis padres, que venían en su viejo ranchera. Mi madre, gran repostera, había preparado una tarta y yo pensaba que su salida triunfal del coche tarta en mano, podía ser un excelente punto de partida para mi debut en eso de los vídeos caseros.


Lo que no imaginaba es que, además del punto de partida, iba a ser también el punto final de mi carrera cinematográfica, de mi cámara y casi de mi mismo.

Gracias Isa por el vídeo.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Lucy in the sky with diamonds

Hay una canción de los Beatles que canturreo a menudo con mi hija Lucía: Lucy in the sky with diamonds. ¿Por qué? Pues porque ella a veces dice su nombre en inglés y a mí automáticamente al oír "Lucy" me sale, con mi inglés de Opening, "in the sky with diamonds", completando así el pegadizo estribillo de la canción del mítico grupo de Liverpool.

Hoy, que hemos vuelto a canturrear ese tema, he aprovechado para contarle que esa canción es de los Beatles, seguramente el grupo musical más importante de la historia, y que tiene su origen en un dibujo que hizo Julian, el hijo de John Lennon, cuando tenía cuatro años, y que enseñó a su padre un día al volver de la escuela. Julian había dibujado a su amiga y compañera de pupitre, Lucy, y al mostrárselo a su padre le dijo que era, "Lucy in the sky with diamonds". A partir de ese dibujo y utilizando pasajes del libro Alicia en el País de las Maravillas Lennon compuso la canción.


Hay otra versión, menos cándida, que complementa la anterior y que dice que, aunque el origen de la canción efectivamente es el dibujo de Julian Lennon, en realidad la canción describe un viaje alucinógeno bajo los efectos del LSD (Lucy in the Sky with Diamonds), con cuya "ayuda" los Beatles habrían compuesto éste y otros temas. El vídeo de la canción es sin duda muy psicodélico y la letra ("la chica con ojos de caleidoscopio", "porteros de plastelina con corbatas de cristal", "personas a caballo que comen tartas de malvavisco") alucinante, nunca mejor dicho.



Esta canción tiene un papel destacado en la lacrímogena pero recomendabilísima película Yo soy Sam, ya que el protagonista, Sam (interpretado por un magistral Sean Penn), un discapacitado intelectual que lucha por conservar la custodia de su hija Lucy, la llama precisamente "Lucy Diamond" por este tema de los Beatles.

En esa película aparecen otros grandes temas de los Beatles, como éste con el que os dejo, mi tema favorito del grupo de Liverpool, Here comes the sun. Esta canción curiosamente no fue escrita ni por Lennon ni por Mcartney, los "galácticos" del grupo y autores de la práctica totalidad de las canciones de la banda, sino por George Harrison. Otra muestra más de mi atracción por los perdedores y los segundos espadas, que, en ocasiones, sorpresa-sorpresa, quedan por encima de los todopoderosos. Espero que este domingo sea una de esas ocasiones y que George Harrison pueda con Lennon y Mcartney. ¡Aupa Atleti!