jueves, 29 de julio de 2010

Yo, por mi hija, bailo

Este fin de semana he estado con mis hijas en Garciotum, el pueblo de mi padre. Lo hemos pasado estupendamente. Familia, amigos, piscina, alguna cervecita y baile, que eran las fiestas.

"¿Bailar tú, que te mueves menos que los ojos de Espinete?"

Pues, sí, bailé, listillos. Bueno, bailar, lo que se dice bailar, no, hago lo que puedo, algo parecido, una mezcla entre el movimiento de Chiquito de la Calzada y el de un marchador, pero sustituyendo la cara de estreñimiento por una media sonrisa de circunstancias. Patético, sí. Pero también tiene una ventaja, y es que me vale para todos los estilos musicales, lo mismo me da que pongan un pasodoble, que una rumba, que unas sevillanas, que el Waka-waka, yo me muevo exactamente igual.

¿Y por qué bailé, si ni sé, ni me gusta, ni iba mamao, ni tenía intención alguna de arrimar cebolleta? Pues por mi Lucía, que me ha salido bailona. Después de estar un ratillo sentados tomando un Seven-up mirando como bailaba la gente la pregunté "¿quieres bailar?", y os juro que se iluminó su rostro, me dijo que sí con una sonrisa de esas de ocupan toda la cara y te dejan unos segundos atontado, como cuando vas conduciendo y el que viene de frente te deslumbra con las largas.

Así que hice el ridículo lo mejor que pude un par de canciones y cuando se me pasó la emoción y recuperé la sensatez pensé que era mejor que bailara con alguien que tuviera cierto sentido del ritmo. Vi que a nuestro lado estaban bailando un grupo de amigas mías, así que pregunté a Lucía si quería bailar con ellas. Y me dijo, "Sí. ¡Pero, papá, espera! Con una guapa, ¿vale?". Que jodía. Así que me acerqué a mis amigas a ver si alguna me hacía el favor de bailar con ella, y la buena de Sandra, que cumple con matrícula el requisito de Lucía, tuvo el detalle de echarse un par de bailes con ella, que quedó encantada de la vida.

Por otro lado quiero destacar como ha ganado el pueblo con los años en cuanto a ocio se refiere, ahora, además de la pista polideportiva, que la hicieron cuando yo era niño, cuenta con pistas de padel y con una estupenda piscina pública (con su correspondiente terracita, si me apuras más importante aún que la propia piscina). Piscina, por cierto, muy barata, que hace unos días estuve en Tielmes y mi entrada me costó 4 eurazos y la de la niña 2, y en cambio en Garciotum la niña entró gratis y yo sólo tuve que pagar 2 euros.

Esa foto es del domingo, que pusieron castillos hinchables y un tobogán en la piscina, y la nena disfrutó de lo lindo. La pena que no nos dejaban tirarnos a los mayores, cagoentó.

El año que viene volveremos y esperamos pasarlo tan bien como éste. Y si hay que bailar, pues se baila, que yo, por mi hija lo que sea, por mi hija ba-i-lo. Pero espero que siga habiendo chicas guapas cerca para echarme un capote, que uno o dos bisbalazos aguanto, pero más no. Tendría que fingirme enfermo, cual controlador de Iberia, para salir de allí como fuera y eso está muy mal visto. Pero es que peor es verme bailar, os lo aseguro.






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