viernes, 8 de julio de 2011

Infiltrado - A la espera


Mes y medio desde que se consumó la victoria del PP en Castilla-La Mancha (o la derrota del PSOE, como ustedes prefieran), un mes largo desde que se fueron los anteriores dirigentes (presidente, consejeros, directores generales y personal eventual) y aparecieron los primeros dirigentes nuevos, y esto sigue sin echar a andar. Parece que estemos aún en la semana siguiente a las elecciones. Sólo algunos nombramientos y anuncios de cambios en la estructura del gobierno regional que se van consumando muy lentamente.

Y mientras aquí, en la consejería de Presidencia, seguimos decenas de funcionarios mano sobre mano con el consiguiente desperdicio de recursos y con la incertidumbre personal* de no saber si seguiremos en el puesto que hasta ahora ocupábamos, si nos trasladaran a otro dentro de la misma consejería o si nos mandarán a otra consejería. Aclaro que en mi caso y en el de la mayor parte de los compañeros de la consejería de Presidencia, auxiliares administrativos mayoritariamente, el puesto que ocupamos es de libre designación. Es decir, que aunque somos funcionarios (con nuestra plaza obtenida por oposición y, salvo hecatombe, para toda la vida) la plaza que ocupamos en concreto es de libre designación y, por tanto, nuestros nuevos jefes pueden decidir libremente si desean seguir contando con nosotros o si prefieren traer a otra persona, otro funcionario, para realizar las funciones que hasta ahora hacíamos nosotros.

Entiendo perfectamente que el nuevo jefe pueda preferir traer otro funcionario (conocido suyo o de alguien cercano o de su partido) que seguir contando con un funcionario que ha estado muchos años trabajando con un 'rival' político y puede tener un vínculo afectivo grande con esa persona o incluso un vínculo ideológico con el partido que estaba antes en el poder. Es comprensible y seguramente será lo que acabe pasando, más pronto que tarde.

Del mismo modo, también digo que si finalmente no fuera así y me tocara quedarme en el mismo puesto, desarrollaría mi labor como hasta ahora, lo mejor que sé, exactamente con la misma profesionalidad que lo hacía en la etapa anterior. No cabe en mi cabeza hacerlo de otra manera, es una cuestión de principios, así lo he hecho siempre desde que empecé a currar de camarero en el 94 y después en todos y cada uno de los curros que he ido teniendo. Y así espero seguir hasta el día que me jubile. Y creo que se puede decir lo mismo de la inmensa mayoría de mis compañeros.

Ya os contaré como se resuelve esto. De momento estamos a la espera, como los de la foto, animadísimos y con una muda limpia en la maleta por si acaso.

Os dejo el vídeo porque me ha hecho mucha gracia y me parece que da cierto juego con lo que os acabo de contar, salvando las distancias, claro. A mí no me miréis, que yo soy más de Trina ;).


* Entiendo que muchos penséis que con la crisis que tenemos hay incertidumbres laborales mucho peores, como no saber si te llamarán de esa entrevista de trabajo que hiciste, o si la empresa en la que llevas currando tantos años finalmente cerrará o si tu propio negocio podrá salir de ésta. Yo también lo pienso.

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