martes, 19 de febrero de 2008

Directo a la patata

Ésta es una triste historia que encontré ayer de casualidad en Internet, de esas que lees y te dejan helado, que te hacen pensar en lo puñetera e injusta que puede llegar a ser la vida.

Está relacionada con el vídeo de la canción "Peteneras", del grupo de "Marea". Para los menos puestos en música, decir que Marea es un grupo de rock navarro cuyo estilo recuerda mucho a Extremoduro.

En el vídeo se mezclan imágenes de los Marea, tocando con furia en medio de un mar embravecido, con una historieta de dibujos animados en la que aparece una sirena junto a un niño y un hombre. La historia cobra sentido leyendo esto:

COMUNICADO DE MAREA

"Muchos conocíais a June, además de por ser la compañera de Alén, batería de Marea, por ser la que se encargó del merchandising de la banda durante muchos años. En el último año se había dedicado exclusivamente al hijo que ambos tenían, el pequeño Ian. Siempre estuvo muy ligada al grupo, tanto que el estudio de grabación, el local de ensayo y el centro de operaciones de Marea era el sótano de su casa. June no bebía, ni fumaba, ni tomaba ningún tipo de estupefacientes: nunca, bajo ningún pretexto. La sonrisa de Ian era suficiente para colmarla de esa felicidad que irradiaba. La noche del pasado sábado 17 de febrero no fue una excepción. Salió a celebrar el reencuentro con una amiga íntima con una cena en Pamplona tras la cual, y dado que no había ingerido ni una gota de alcohol, cogió su coche y se dirigió a Larragueta, el pueblo en el que vivía, situado a ocho kilómetros de Pamplona, a encontrarse con su compañero y su hijo que dormían plácidamente sin saber que nunca llegaría a casa. En un cambio de rasante, a quinientos metros de su casa, mientras conducía por su carril, a la velocidad indicada y con toda la precaución que sólo June sabía tener al volante, perdió la vida al chocar de frente con el vehículo de un mal nacido que iba adelantando, invadiendo su carril, borracho, por línea continua y, como ya hemos dicho, en un cambio de rasante, así que la visibilidad era nula. June se ha ido dejando un niño de quince meses y cientos de corazones rotos. No existen palabras para mostrar nuestra gratitud ante los cientos de muestras de apoyo que estamos recibiendo por parte de la comunidad rockera del estado. Gracias con el corazón que nos queda. Mil y una veces gracias.




Pues eso, que leyendo la historia el vídeo va directo a la patata y te deja tocado, al menos a mí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, Enrique, para un día que me acuerdo de entrar en tu página, me encuentro con esta historia tan triste...
Es mejor no pensar en estas trgedias y aprovechar cada minuto con nuestros enanos.
Pues nada, un beso a Lucía y a ver si me alegro con el resto de cosas que cuentas en tu blog.

Eva.

Quique dijo...

¡Hola, Eva! Reconozco que más triste no puede ser, y más para los que somos padres/es.
Pero tienes razón, mejor no pensar en estas cosas y aprovechar el tiempo.
Un besazo para ti y para tu peque.

Anónimo dijo...

La verdad es que historias como esas pasan cada día, pero cuando lo ves así escrito te llegan más.
Yo, que voy y vengo diariamente de Madrid a Toledo, cuando salgo de casa cada mañana pienso, ¿y si me pasa a mi y no vuelvo a ver a mis niñas? Por más prudente y respetuoso que sea uno, ¿y si me cruzo con un cafre descerebrado como ese? Mejor no pensarlo...
Pero no me quiero poner trágico, así que mejor aprovechar cada día como si fuera el último.
Abrazos.
Tubro.