jueves, 7 de octubre de 2010

Larga vida a Maggie III

Lo hemos vuelto a hacer. Hemos comprado otro hámster. Y la pregunta que nos hacemos es ¿correrá la misma suerte que sus predecesores?

Por si no sabes de que estoy hablando, te aconsejo que pinches aquí para leer un post donde contaba nuestras habilidades como enterradores prematuros de mascotas. Os resumo nuestro historial, se nos han muerto en un pis-pas las siguientes criaturicas: dos gatos, dos hámster y un pez.

Pues pese a ese currículum volvemos a intentarlo. Tenemos más moral que el Alcoyano. Eso y una hija que cada vez que veía la jaula vacía en el garaje nos ponía esa cara de pena que sólo saben poner los niños y Falete cuando abre la nevera y descubre que alguien se ha comido su tarta de chocolate.

Veremos como va la cosa con el nuevo hámster, a ver si conseguimos que éste se nos muera de viejo y no de un jamacuco. Según he leído, lo normal en el caso de un hámster, es que viva 2 ó 3 años. Pero conociendo nuestros antecedentes y lo poco que el animalico se movía esta mañana…no sé yo… Me conformo con que llegue al mes que viene. Se admiten apuestas. En bet&win creo que las apuestas están 100 a 1 a que no se come el turrón.

Encima, en esta ocasión, en la tienda de mascotas, va Lucía y elige, poniendo de manifiesto ese gusto por las causas perdidas que ha heredado de su padre, de todos los hámsters que había en la jaula, al más chiquitajo, al que estaban puteando dos grandullones. Mira que yo la decía que cogiera a uno de los otros, de los que estaban más hermosotes. Pues nada, el tirillas. O mejor dicho, a la tirillas, que nos dijo la chica de la tienda que era una hembra. Y también repetimos nombre, Maggie. ¡Larga vida Maggie III!

Y hablando de nombres y de confusiones de género, me he acordado de una escena buenísima de “La que se avecina”. El protagonista es mi personaje favorito de la serie, Amador, (Pablo Chiapella, uno de los chicos de Muchachada Nui) que borda el papel de patético aspirante a vividor-follador.


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