jueves, 7 de abril de 2011

Políticos profesionales, votantes aficionados

No soy dado a criticar a los políticos por su sueldo. No me gusta caer en el tópico de "son unos privilegiados que cobran mucho y no hacen nada", porque no siempre es verdad y suelen pagar justos por pecadores. Además, me parece lógico que, como máximos responsables de nuestras administraciones, y, en muchos casos, como personas de las más altas capacidades, tengan unos sueldos elevados, similares a los que tendrían si ocuparan puestos directivos en empresas privadas.


Ahora bien, también digo que deberían tener un sueldo y punto, nada de complementos, dietas o gastos extras aparte. Un sueldo alto, potente, y que de ahí pagaran ellos directamente todos sus gastos. Nada de dietas, gastos de alojamiento, manutención, kilometraje, billetes de avión, comidas, etc. Porque eso al final puede dar lugar a usos indebidos o cuando menos cuestionables, como la dieta por fichar el viernes que algunos parlamentarios europeos cobraban sin realizar trabajo alguno ese día, como veíamos hace unos días.


Pues relacionado con esto, resulta que el Parlamento Europeo debatió ayer varias enmiendas para recortar sus gastos y ninguna prosperó. Una de esas enmiendas, presentada por Los Verdes e Izquierda Unitaria, pretendía que los eurodiputados viajaran en clase turista y no en preferente. Al parecer antes tenían un fijo por viaje de avión, y si el billete finalmente les salía más barato se quedaban con la diferencia y si les salía más caro la diferencia la pagaban ellos; con lo cual muchos preferían comprar el billete más económico para quedarse con "la vuelta"; pero, ahora, con el vigente Estatuto del Eurodiputado, se les paga el coste real del billete de avión, lo que ha desembocado en que la inmensa mayoría viaje en clase preferente.


La propuesta para viajar en clase turista no prosperó. De todos los europarlamentarios españoles, sólo 4 apoyaron esta medida. Merecen ser destacados: Romeva (ICV), Tremosa (CiU), Estarás (PP) y Junqueras (ERC).


¿Cómo era ese dicho? “Hacer lo que yo digo, pero no hagáis lo que yo hago”. Una cosa es decir que hay que rebajar salarios, pensiones y hacer recortes en el Estado del Bienestar para salir de la crisis y otra muy distinta renunciar a viajar en el sillón más confortable gin-tonic en mano.


Ante la que se armó en Twitter anoche (#eurodiputadoscaraduras) algunos políticos al menos dieron explicaciones. Bastante flojeras, a mi modo de ver. Elena Valenciano, del PSOE, dijo "que la enmienda estaba mal planteada, en el contexto de un informe no vinculante" y que se habían equivocado al votar, "debían abstenerse, en realidad". No me lo creo, pero en cualquier caso, si fuera verdad, todavía peor, porque manda huevos que no se enteren de lo que están votando. Y Santiago Cervera, del PP, refiriéndose en este caso a los diputados nacionales, dijo que viajaban en business porque tenían un convenio por el cual esos billetes les salían más baratos que los billetes en turista. Que, estamos en las mismas, tampoco me lo creo, pero si realmente fuera así, que hagan ese convenio para los billetes de clase turista y así todavía nos costaría bastante menos, ¿no?


Al final parece que PSOE y UPD van a cambiar su voto, y del no inicial van a pasar a la abstención. No sé que hace falta para que pasen al sí, igual una revuelta tunecina. El PP hoy, a través de Soraya Sáez de Santamaría, ha dado unas explicaciones similares a las del PSOE, dice que lo que se votaba era un informe orientativo, no vinculante, que era una votación de cara a la galería, que lo que valdrá será cuando se debata el presupuesto para el año que viene y que entonces lo estudiarán y decidirán. "De cara a la galería", dice, pues mejor me lo pones para haber votado a favor, quedabas bien y encima seguías volando en primera.


Cierro con una frase maravillosa, -vía Jesús Maraña, el director de Público- de Katharine Hepburn en 'El Estado de la Unión', de Capra: "Los políticos sois profesionales porque los votantes siguen siendo aficionados". Me duele el descrédito de la clase política, entre otras cosas porque hay un puñado de ellos a quien admiro y en los que todavía confio, pero a veces hay que reconocer que es totalmente merecido.

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