jueves, 8 de noviembre de 2007

Aunque no sea de Gabo

Hace unos meses, en la boda de mi primo Alberto, al alcalde que "ofició" la ceremonia se le ocurrió leer unos versos de un poema de Gabriel García Márquez. Me gustaron mucho, así que cuando tuve ocasión indagué en Internet para poder leer el poema completo. Y resulta que además del poema me encontré con una historia bastante curiosa.


Os cuento, supuestamente ese poema había partido del propio García Márquez que se lo había mandado a sus amigos íntimos en una carta en la que les anunciaba que estaba gravemente enfermo. El poema es un canto a la vida, una especie de "carpe diem", con lo cual la cosa tenía bastante sentido. Y el poema corrió como la pólvora, supongo que más de uno soltó una lagrimita a cuenta del poemita y del pobre Gabo, y todos pensando "¡qué poema más lindo!".


Pues el tema es que unos meses después, en una entrevista, le preguntaron a García Márquez por este poema y dijo que no era suyo y que además el tema le molestaba mucho, no porque especularan con su supuesta enfermedad, ¡sino porque la gente creyera que él había podido escribir algo tan malo!


Vaya con los bulos, la globalización y el Internés de las narices...y el pobre alcalde de Getafe soltando el falso poema de García Márquez cada vez que casa a alguien...


Por si a alguno le pica el gusanillo pongo aquí el poema, diciendo, con reservas eso sí, porque que salga en Internet no quiere decir que sea cierto, que su autor es un humorista y ventrílocuo mexicano, que se llama Johnny Welch. Y añado que a mí el poema me gusta mucho , que queréis que os diga, algunos versos me parecen preciosos. Aunque no sea de Gabo. Y aunque diga que es malísimo.


"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate. Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.

Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.


Pintaría con un sueño de van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna.


Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos... dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... no dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.

Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.


Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... he aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.


He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.


Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

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