miércoles, 5 de noviembre de 2008

Un cumpleaños, una casi-exclusiva y una de cuernos (again)

Leyendo el blog de mi amigo Álvaro me he dado cuenta de que mi blog también ha cumplido un año. Y he pensado que para celebrarlo, aunque sea con retraso, lo que voy a hacer es volver a poner el mejor post (o más bien el post menos malo) que he publicado hasta ahora. Por unanimidad con mis fieles lectores (o sea con mi hermano Beni) hemos decidido que el mejor fue aquel en el que os contaba mis andanzas en una peluquería de esas modernas.

Y diréis, "pssse, pues vaya regalo más cutre". Vale, no digo que no, pero ¿y lo barato que me va a salir, qué? Además, ¿qué me habéis regalado vosotros, cabroncetes? Pues eso.


Y hablando de regalos, alguien sí que me ha regalado algo hace unos días. Y se trata de un regalo muy especial, algo muy bonito, que ahora es muy pequeño pero que, si todo va bien, en junio será bastante más grande, más o menos de unos 3 kilos... Efectivamente, vamos a ser papás de nuevo.

A Lucía el tema del hermanito o hermanita (aún no sabemos que será) no la ha hecho mucha gracia, para ser sinceros nos dijo, "¡joooo, yo quería un perrito!". Hombre, su padre es bantante perro, pero no creo yo que eso baste para nos nazca un yorkshire o un cocker, se tendrá que conformar con un niño o una niña.

En fin, deciros que estamos todos muy contentos y que Eva se encuentra perfectamente. Seguiremos informando.

Y después de esta (casi) exclusiva, os dejo el post que os comentaba antes.




Una de cuernos


Hoy estoy cabreado. Resulta que ayer, en lugar de cortarme el pelo en mi peluquería de siempre, la peluquería de Miguel, me dio por ir a una de esas modernas peluquerías unisex. ¡En qué hora!

La verdad es que llevaba ya varios días intentando ir la peluquería de Miguel, pero a la hora a la que yo puedo ir nunca estaba libre (es que esta peluquería en lugar de ser unisex es "unipeluquero" y conseguir hora es complicado), y como ya tenía unos pelos que parecía Maradona, ayer, cuando estábamos de compras por el centro comercial, vi una pelu y me dije, "pues aquí mismo".

¡Joer, que peluquería! Anda que no hay diferencias entre las peluquerías modernas y las de caballeros de toda la vida. Se parecen como un huevo a una castaña. Para empezar la decoración no tiene nada que ver. En las de toda la vida tienes un par de posters, una radio, el Interviú, tu peluquero repeinao -con su chaquetilla blanca y su cigarrito- y huele a loción de afeitar, tipo Varón Dandy o similar. Por cierto que esto último se agradece, sobre todo en verano, si al repeinao le canta el alerón. Que no es el caso de mi Miguel, que conste.

Las peluquerías modernas son mucho más grandes que las clásicas, no hay Interviú, ni radio, y tienen un aire psicodélico, porque están llenas de luces raras, casi de color violeta, que no sabes si estás entrando en una pelu o un after-hours. Enseguida se dirige a ti una joven -lo que te confirma que no estás en un after- con un peinado súper raro y el pelo de colores que te pregunta qué quieres. Y tú piensas, "¡pues, coño, no es esto una peluquería, que voy a querer, cortarme el pelo! A ver si me he equivocado de sitio...".

Total que pasas y te sientan en una de las 20 sillas que tienen. Otra diferencia con la pelu de Miguel, que sólo tiene dos. Bueno, siendo estrictos una y media, porque está el sillón y luego una sillita pequeña que pone encima del sillón cuando corta el pelo a algún niño. Que siempre pienso yo que entre la poca estabilidad que tiene el invento y lo que se mueven los niños tiene que ser complicadísimo cortarles el pelo. Normal que a veces salgan con trasquilones. En mi barrio de Madrid había unos peluqueros que les llamábamos "los cherokees", imagináos como salíamos de allí...

La diferencia más sustancial es que en estas peluquerías te despachan en mucho menos tiempo. Miguel, tengas mucho o poco pelo, está la media hora de rigor contigo, porque cuando ha terminado con la tijera te repasa con una cuchilla, te recorta milimétricamente el cuello, las patillas, luego te pasa el secador...

En estas otras en diez minutos te han despachado. Y encima te cobran más, lo cual es bastante incoherente. Será a lo mejor porque como antes de cortarte el pelo te lo lavan tienen que amortizar el agua caliente y el champú. Cosa, esto de lavar el pelo, que siempre he pensado que sería más útil que hicieran después de cortártelo, para quitarte todos los pelillos que se quedan, no antes, ¿no?

Aunque sí reconozco que que te laven el pelo dándote un masajito tiene su punto. Aunque ya puestos tendrías que poder elegir tú donde te masajean. A mí una vez se me ocurrió decir "¿señorita, le importa seguir un poco más abajo, que tengo una contractura en el hombro derecho?" Y ella, muy fina, me contestó, "¿y a usted, le importa que le meta el champú con extracto de eucalipto y mentol por el culo?" Me puse más rojo que un tomate.

Luego otra cosa curiosa es que todas estas peluquerías modernas tienen nombre italiano. Tú eres peluquero y quieres ponerle a la peluquería tu nombre tal cual y no puedes. Por ejemplo, si tú te llamas Genaro León tienes que poner Peluquería Gianni Leone. No sé el porqué pero es así. Debe ser una ley no escrita del gremio de los peluqueros.

Mi peluquero en cambio se saltó esta norma. Peluquería Miguel. Con un par. Pensaría, "a ver ¿qué negocio voy a montar? Una peluquería ¿Y cómo me llamo? Miguel. Pues ya está, Peluquería Miguel". Si a veces las cosas son así de simples, no hay que complicarse tanto la vida.

Y lo que más me jode de estas peluquerías, más incluso que que me corten el pelo peor y me cobren más dinero, es que siempre me dicen que se me está cayendo el pelo, que tengo el cabello débil. Te lo dicen siempre con cara grave, muy seria, como si te estuvieran diciendo que tienes una enfermedad incurable. Mientras juguetean con los cuatro pelos de mi coronilla me sueltan, "se le está cayendo el pelo, tiene usted el cabello muy débil!" "¡No jodas! ¡Pues habrá sido ahora mismo, porque cuando salí de casa yo tenía un pelazo que ni Antonio Banderas! A ver si ha sido el jodío champú ese de mentol que me has puesto antes...".

Por eso también me gusta que me corte el pelo Miguel, que me lleva viendo el cartón muchos años y no se escandaliza. Y además está más calvo que yo, que eso siempre sube la moral.

Encima la peluquera de ayer me estuvo dando la brasa los diez minutos que duró el corte de pelo con que comprara un champú especial anticaída y unas ampollas revitalizantes. Se ve que la tía llevaba comisión, porque no paró de contarme las virtudes del champú de las narices. Si me dijo hasta la frase que nunca falta en el repertorio de todo buen comercial: "mi novio lo utiliza y le va fenomenal". Todos los vendedores en algún momento dicen lo de "si éste es el que tengo yo -o su mujer, o su madre, o su hermano- y va de maravilla". Bueno, pues el champú en cuestión costaba 20 euros, así que, pese a los demostradísimos y maravillosos efectos sobre el cuero capilar del novio de la peluquera, allí se quedó, en su preciosa estantería de diseño.

¿Y sabéis que es lo peor de todo? Que encima me siento culpable por haber ido a otra peluquería. Estoy como si le hubiera puesto los cuernos a Miguel. Espero no encontrármelo por la calle y tener que darle explicaciones. A ver si me crece el pelo pronto...

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues aún lo de Miguel tiene un nombre fino, porque anda que Macario´s peluqueros, manda huevos. Así tiene Ismael la azotea como la tiene. Y dice que tiene el mismo pelo desde los 15 años...lo que no ha especificado de dónde...en fín. Menos mal que yo sólo voy una vez al año. Bea.

manotas_33 dijo...

Hola Quique, soy Alberto (hermano de Chete), la verdad es que no lo había leído, pero es bueno, keep pushing!

Por cierto, que yo también voy a una peluquería de barrio de las de toda la vida, Valentín, en la que siempre que entras te pregunta que cómo quieres el corte y siempre hace luego lo que le sale de las pelotas. En fin, es el precio que hay que pagar por la media horita de "desconexión territorial"... Y además a mí, que me estoy quedando con menos pelo que una cacerola, siempre me dice "pues aún conservas muy bien el pelo, sí, sí", y como tú dices, eso anima

Un abrazo, y ¡enhorabuena por lo que está en camino!

Alberto

Anónimo dijo...

COño si casi coincido con el ALberto, cojonudo el monólogo no lo había leido, espero q acepteis comentarios de gente con pelo, pq madre mía como estais todos.
Oye Quique podías hacer una sección dedicada a la NBA con lo mejor de la semana, tendrías unos cuantos partidarios.

Enhorabuena por lo q viene, un abrazo.

FITI

Quique dijo...

Gracias por los comentarios -me he reido mucho con ellos- y por las felicitaciones.
Fiti, pues estaría bien, pero me iba a quitar mucho tiempo, no creo que lo haga. Pero muchas gracias por la sugerencia.

Anónimo dijo...

Primeramente felicidades por el primer añito del blog (que aunque no lo creas le echamos un vistazo de vez en cuando...) y segundo y más importante, ENHORABUENA por vuestro embarazo. Pensaba llamarte, pero como no has tenido la dignidad de comunicarmelo de viva voz (como se ha hecho toda la vida y lo has soltado aquí sin más...) pues yo también me apunto al carro de las nuevas tecnologías y te felicito por la misma vía. Y luego te quejas tú de peluquerías modernas... je je).
Me alegro un montón.

el koke de garciotum dijo...

Enhorabuena por vuestro embarazo. Seguro que Lucía pronto cambiará de opinión.
Pedazo post. Un saludo

La fanciulla de Gijón dijo...

Hola, Enrique.

Por mi nombre sabrás quién soy. ¡Efectivamente! una planta más abajo. Que siempre me dices "qué tal" y siempre y sin excepción te respondo "muy bien". (La reina del optimismo...)
Me ha llevado hasta aquí "Ratetes y Momentetes" de Santi. No sabía que tenías un blog...(Así compatibilizas las transcripciones del curro con las tuyas propias, jeje)

Muy ocurrente y verídico el episodio de la peluquería. Y gracias debes dar, que al ser hombre no te intentan colar ni la mitad de productos que a nosotras. Te cuento:

En algunas peluquerías, te ponen una bata llena de pequeños bolsitos por las mangas, casi como si fuera el chaleco de pescador. Luego ves desfilar a diferentes peluqueras y cada paso que dan contigo, te meten un papelito en el bolsillo. Que te lavan el pelo, papelito. Luego pasa otra y dice: “voy a matizarte un poco las mechas…” (que esto de matizar no lo entiendo yo muy bien, cuando las mechas son ya un matiz por sí solas…) Y de nuevo te meten el papelito. Y al final, lo descubres todo. Pasas por caja, te quitan la bata, y empiezan a sacar los papeles que no son sino tickets…Habías entrado porque en el cristal ponía: “mechas, cortar y peinar” desde 29 euros. Y salías de allí pagando 70. Observando el ticket ponía: mechas 29 + mecha color adicional 10 + baño color matiz 12 + champú 4 + ampolla 12 + laca 3 . Le dije: “hombre, sabía que subiría algo, pero no me parece ni medio normal que sea más del doble de lo que anunciáis” Y la tía sonrió satisfecha como diciendo: “Te jodes, no haber entrao”. Y sí, no entré más. Porque otra cosa no, pero tomar el pelo, lo toman bien en esa peluquería. Así que te recomiendo, si quieres ponerle los cuernos a Miguel otra vez, pero bien puestos, vete a esta pelu que está en Reconquista (donde la farmacia). Infalible. Miguel quedará como los renos de papá noel.

No me extiendo más. Felicidades por el Blog y más aún por la nueva paternidad.

Saludos.

eva dijo...

felicidades!!enhorabuena por bebe o bebita que viene de camino!!y también felicidades por un añito de blog,nos gusta mucho,muchos besoos

Anónimo dijo...

Isi y Chete me dieron el sábado la enhorabuena para ti, dijeron que ya te llamarían. Flipaban con eso de que hubiese salido la noticia en internet, decían, coño, qué nivel, je, je. Imaginate explicarles que tienes un "blog" donde pones "posts"...

Quique dijo...

De nuevo gracias por las felicitaciones y los comentarios, chic@s.