viernes, 26 de febrero de 2010

Un año raro (II)

Tal y como os decía el otro día, yo veo este mundo cada día más raro. Y más todavía que al mundo, a España en concreto. Cualquiera de las siguientes noticias podría pasar por una coña de El Jueves, pero no, son noticias reales.

Empezamos quizá con la más llamativa: el párroco de Noez expulsado de la iglesia por gastarse el cepillo de la iglesia en putas. Para ser más exactos, en putas, líneas eróticas y páginas de contenido sexual. Y ojo que el cepillo estaba bien cargado, unos 17.000 euros. Pero lo más llamativo es que también se anunciaba en Internet en páginas de contactos ofreciendo sus servicios sexuales. Esto último no sabemos si por vicio o para pagar las deudas, como dicen fuentes oficiales. No pongo la foto por lo del respeto al derecho a la intimidad que os contaba el otro día. Bueno, que coño, no la pongo porque la foto da cosica. Ver a este tipo en calzoncillos y metiendo tripa es un trago difícil de olvidar, prefiero evitároslo. Quizá si fuera una monja buenorra en tanga me lo pensaría, pero con el cura "pecho palomo" no tengo dudas, haré con el derecho a la intimidad lo que no ha hecho este cura con el celibato: respetarlo. Según leo hoy en la prensa ya ha sido expulsado de la iglesia y ahora está internado en un centro psiquiátrico. Deseo por su bien que el centro no tenga wi-fi y esté prohibido usar el móvil, porque ya sabemos que la carne es débil y el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

Y hablando de tropiezos, esta semana también hemos sabido que Nacho Uriarte, presidente de Nuevas Generaciones del PP y vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, fue pillado en un control de alcoholemia tras chocar contra un vehículo que estaba parado en un semaforo. Los hechos ocurrieron a las 7 de la mañana, lo que nos hace pensar que este chico o bien es muy madrugador y le gusta empezar su jornada rebajando el café con algo que no es precisamente leche, o bien se recoge muy tarde y no termina de entender eso del "si bebes no conduzcas". En cualquier caso, mal está que conduzca bebido cualquier persona, sea quien sea, pero peor aún es que lo haga alguien al que todos pagamos por formar parte de una comisión que precisamente está creada para evitar este tipo de hechos. Uriarte, en un gesto de coherencia, ha dimitido. Pero, ojo, ha dimitido de dicha comisión, no de diputado, que una cosa es ser coherente y otra gilipollas. Con el sueldazo que tendrá como diputado y el paro que hay ahora mismo está la cosa como para renunciar al escaño por un pequeño percance de chapa y pintura, ¡vamos, anda!

Y esta semana también hemos conocido que Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, está casi tan tieso como el cura de Noez. Aclaro que con tieso me refiero a que anda mal de pasta, que como tenéis la mente sucia vosotros enseguida pensáis otra cosa, jodíos. Pues sí, según hemos sabido por su declaración de bienes que esta semana ha hecho pública las Cortes Valencianas, el presidente valenciano tiene una casa, un coche con más de 15 años y dos mil euros en el banco. Y punto. Ni acciones, ni negocios, ni fondos de inversión, ni apartamento en Torrevieja. Ni siquiera un mal huerto en el pueblo herencia de sus abuelos. Nada. Y eso con un sueldo de 80.000 euros anuales, coche oficial, dietas y pluses para gastos, y encima una esposa propietaria de una farmacia en el centro de Valencia...¿Un poco raro, no? Pero también es verdad que está todo carísimo. Y si encima somos un poco descuidados con el dinero, pues pasa lo que pasa, que no hay manera de ahorrar. Y para mí que este es de los míos, de los que no le dura el dinero en el bolsillo. Seguro que a él su madre también le decía lo que a mí la mía: "Hijo, yo no sé que haces, pero no te cunde nada el dinero". "Si es que la vida está mu cara, máaama". En El Jueves ya ven a Camps en Callejeros.



Y por último, la tómbola que tenemos por Gobierno ha vuelto a girar esta semana con los resultados sorprendentes de siempre: el miércoles tocó congelación salarial a los funcionarios y el jueves tocó negar dicha congelación anunciando, en cambio, una reducción de empresas públicas. Hoy, quien sabe, quizá por fin toque la chochona. Iremos practicando la canción "Yo quiero una chochona, me gusta la chochona...".

2 comentarios:

Mariona dijo...

Gracias Quique, por la canciónd de la semana, tengo unos amigos que iban al concierto de Love of lesbian y yo pensé que sería un grupo raro inglés. lo he escuchado en tu blog y me encanta¡

Unknown dijo...

...y el cura es el único que tropieza tres veces en la misma piedra (sesuarrrrrrrrr).