viernes, 3 de septiembre de 2010

Dichosos los que creyeron sin haber visto

Hubo un tiempo en el que ser del Atleti no era complicado. Ganaba títulos con cierta frecuencia y era una alternativa consistente al Madrid y al Barça. Era, sin discusión, el tercer equipo de España, a poca distancia de los dos grandes y claramente por encima del Valencia, del Sevilla, del Athletic, etc.

Por desgracia para los atletistas esa etapa acabó y dio paso a otra "regulera". Vimos como la distancia con Madrid y Barça crecía y como otros equipos nos superaban. Cada vez era más raro vernos en los primeros lugares de la tabla. Pero al menos en esos años tuvimos el consuelo de ganar varias copas del Rey y, por supuesto, aquel mítico doblete del 96.

Después las cosas, lejos de mejorar, empeoraron: descenso a segunda, dos años en el infierno y vuelta a primera con temporadas mediocres, lejos de los primeros puestos y a años luz del Madrid y del Barça. Ser del Atleti nunca había sido fácil, pero en esos años ya se convirtió en una especie de suplicio. Ya no es que no aspiráramos a codearnos con el Madrid, eterno rival, es que nos conformábamos con que al menos no nos humillara goleándonos por enésima vez.

Y los que llevábamos ya muchos años siendo atléticos, aunque con tristeza, aguantamos ese temporal bastante bien, primero por estar ya acostumbrados y segundo porque al menos guardábamos en nuestra retina la imagen de tiempos mejores; pero, ¿y los chavales atléticos, los que nacieron después del doblete y sólo han conocido este Atleti mediocre?

¡Lo qué han tenido que sufrir esos benditos! ¡Cuánto mérito tiene que no hayan cambiado de colores! Porque ya hay que ser de una pasta muy especial para elegir ser del Atleti teniendo al lado al deslumbrante Madrid de CR7 y compañía o al espectacular Barça de Guardiola, Messi, Iniesta y demás.

Pero curiosamente, contra viento y marea, siguió habiendo muchos niños y niñas del Atleti en esos tiempos difíciles, supongo que en gran medida por "culpa" de sus padres y madres rojiblancos. Para todos ellos hizo el Atleti este verano, a través de la agencia publicitaria Sra. Rushmore, este acertadísimo spot, que a mí, como supongo que al resto de los atléticos y especialmente a los inconscientes que hemos traído "sufridores" al mundo, me pone los pelos como escarpias.



Y es que este año 2010 y contra todo pronóstico, esos niños y esas niñas que no sabían lo que era que su Atleti ganara algo, por fin vieron. El Atletico de Madrid campeón de la Uefa League. Y de premio, también campeón de la Supercopa de Europa. Nuestro Atleti ha vuelto a ser un grande. Quizá sólo sea un espejismo que dure unos meses, pero, que nos quiten lo bailado, vaya par de alegrías que nos hemos llevado.

Estos títulos de paso nos vienen de vicio para replicar a aquellos que nos preguntaban burlones "¿y vosotros, por qué sois del Atleti?". Pero que conste que no los necesitábamos para creer, porque nosotros la fe y el sentimiento atlético los tenemos siempre y no sólo cuando nuestro equipo gana (como otros que yo me sé...). Nuestro depósito de fe, pese a todos los batacazos que llevamos a las espaldas, lo tenemos a rebosar cada inicio de temporada.

Y es que a títulos nos ganaran otros, pero a fe, con perdón, no nos gana ni Dios. Descarao. No nos hace falta ver para seguir gritando con fuerza "¡Atleti!".

1 comentario:

chaquetero dijo...

Sí que tiene mérito, sí. Yo, a pesar de que de pequeño iba con el sol que más calentaba, siempre he tenido simpatía por el Atleti, porque os he visto sufrir, he visto como se metían contigo, te tocaba aguantar burlas... Por eso, por ti, y porque con los años he descubierto que se disfruta más una victoria cuando lo normal es perder, que es más divertido ir a la contra, soy del Atleti.